Ni la lluvia ni el alcalde de Torrecampo pudieron impedir el homenaje a un luchador contra el nazismo como Florián Andújar García
Más de medio centenar de personas se dieron
cita ayer en Torrecampo bajo un intenso aguacero para homenajear al vecino de
la localidad muerto en la batalla del Glières, el 27 de marzo de 1944, luchando
contra el nazismo
Los promotores del acto de homenaje a Florián
Andújar García, vecino de Torrecampo muerto por las tropas alemanas en la
batalla del Glières, en marzo de 1944, cuando luchaba junto a la Resistencia
Francesa y contra la barbarie nazi, llevaron a cabo en la tarde del sábado un
sentido homenaje en la fuente que debía haber sido inaugurada en su memoria y
que suspendió el alcalde del PP de Torrecampo, Francisco Carlos del Castillo,
por una supuesta “utilización política”.
Juan José Pérez Zarco y Luis Pozo, acompañados
de más de medio centenar de personas y arropados por las canciones de
Labordeta, Violeta Parra y el himno de la Resistencia francesa contra el
nazismo, dieron lectura al poema de José Ángel Valente, dedicado a los
españoles que lucharon por la libertad en Francia y colocaron un ramo de flores
en su memoria.
La comitiva, en silencio, hizo el recorrido
desde la Fuente Borriquera hasta la fuente del proyecto del homenaje y allí se
detuvieron unos momentos para homenajear
a Florián Andújar García. Como se hace cada año en Francia el cuarto
sábado de marzo, Juan José Pérez Zarco leyó el poema de José Ángel Valente
titulado “Cementerio de Morette-Glières, 1944”, donde se recoge para la
historia el nombre del fallecido y de su pueblo.
Como escribe el editor del blog Solienses,
Antonio Merino, y cuyas palabras suscribimos una por una, “Quien quiso prohibir
la realización de un acto de homenaje, para borrar así un nombre y su memoria,
ha terminado consolidando un lugar de peregrinación. Porque ese pequeño punto,
un jardín frente a la residencia de ancianos de la localidad, se ha convertido
ya en doble símbolo de la resistencia: la resistencia de Florián Andújar frente
al nazismo, que le llevó a la muerte en 1944, y la resistencia actual frente a
los intentos modernos de acallar el recuerdo de la historia. Torrecampo es ya
una metáfora de la lucha que durante décadas mantienen muchas personas por
conseguir que no se borre interesadamente un pasado del que todavía nos quedan
muchas lecciones por aprender”.